Fin de semana de cambios
Bueno, pues pasó el fin de semana con todas sus novedades.
La primera novedad, como os contaba el viernes, es que Irene ya duerme solita en su cuarto... ¡prueba superada!
Las tres noches que llevamos han estado muy bien, la niña se ha desperdado sólo para las tomas, que normalmente son alrededor de las doce, las tres o tres y media y las seis y media o siete. Cuando la oímos empezar a revolverse, me voy para allá y le doy de mamar sentada en la cama, como hacía antes, apoyada en el cabecero (Blanca, he probado varias veces lo de darle tumbada pero ni ella ni yo estábamos cómodas, tragaba mucho aire y se ponía a llorar). Y después de la toma engancha bastante bien el sueño otra vez, incluso cuando hay que cambiarla de pañal (no puedo estar dos tomas seguidas sin cambiarla porque tenemos comprobado que "rebosa", jajaja). Luego, cuando ya está dormidita otra vez, yo me vuelvo para la cama y la verdad es que consigo dormir profundamente, a pesar de que tenemos el interfono puesto y se oye hasta el más mínimo ruido. La verdad es que estamos descansando muy bien por las noches; esperemos que dentro de no mucho Irene empiece a aguantar más horas sin comer y vayamos espaciando las tomas.
De la segunda novedad no os hablé el otro día: como a Fredi le hacía mucha ilusión dar de comer a Irene de vez en cuando (como a todos los papás del mundo mundial, supongo), hemos cambiado la rutina de por las tardes, y después del baño yo me saco leche y Fredi se la da a Irene con un biberón (así de paso probamos a ver si hay suerte, se llena más y aguanta más para la noche). El problema es que de momento... ¡prueba no superada!
A la pobre le cuesta muchísimo lo del biberón, no está acostumbrada a las tetinas y no le gusta nada (por cierto, que chupetes tampoco quiere, tardamos bastante en intentar darle uno por aquello de que interfería con la lactancia, y ahora ya no los coge ni a la de tres). El primer día empezamos probando con un biberón de Avent de los que nos venían de regalo con el sacaleches, y no había manera, a la pobre le daban arcadas; luego probamos con el biberón de Chicco que nos regalaron Miguev y su madre (al final no escribí para daros las gracias, ¡gracias!) y con ése ya come un poquito, pero no os creáis que mucho. Y esta noche, por recomendación de mi hermana Cristina, vamos a probar con un biberón de Nuk, que supuestamente las tetinas son las mejores, y a ver si la cosa mejora. Por cierto, que esta mañana compré unas cuantas tetinas de Nuk sueltas, tanto de silicona como de caucho, y resulta que justo ésas eran más estrechas y no encajaban en los biberones que teníamos, así que le he pedido a Fredi que comprara un biberón... ¡y ha traído uno que lleva las tetinas más anchas, podríamos haber comprado sólo la tetina! En fin...
Así que en esas estamos... por lo demás todo fenomenal, Irene y yo hemos pasado el día estupendamente, ella ha dormido más bien poquito pero ha aguantado varios ratos de media hora o más en la hamaquita, así que yo he podido desayunar, comer y hasta planchar un poquito mientras hablaba con ella y le cantaba... madre mía, estoy recordando todas las canciones de cuando era pequeñita, las de los dibujos animados y demás, y estoy disfrutando un montón cantándoselas a Irene, lo malo es que sólo me sé las letras a cachos
La primera novedad, como os contaba el viernes, es que Irene ya duerme solita en su cuarto... ¡prueba superada!

Las tres noches que llevamos han estado muy bien, la niña se ha desperdado sólo para las tomas, que normalmente son alrededor de las doce, las tres o tres y media y las seis y media o siete. Cuando la oímos empezar a revolverse, me voy para allá y le doy de mamar sentada en la cama, como hacía antes, apoyada en el cabecero (Blanca, he probado varias veces lo de darle tumbada pero ni ella ni yo estábamos cómodas, tragaba mucho aire y se ponía a llorar). Y después de la toma engancha bastante bien el sueño otra vez, incluso cuando hay que cambiarla de pañal (no puedo estar dos tomas seguidas sin cambiarla porque tenemos comprobado que "rebosa", jajaja). Luego, cuando ya está dormidita otra vez, yo me vuelvo para la cama y la verdad es que consigo dormir profundamente, a pesar de que tenemos el interfono puesto y se oye hasta el más mínimo ruido. La verdad es que estamos descansando muy bien por las noches; esperemos que dentro de no mucho Irene empiece a aguantar más horas sin comer y vayamos espaciando las tomas.
De la segunda novedad no os hablé el otro día: como a Fredi le hacía mucha ilusión dar de comer a Irene de vez en cuando (como a todos los papás del mundo mundial, supongo), hemos cambiado la rutina de por las tardes, y después del baño yo me saco leche y Fredi se la da a Irene con un biberón (así de paso probamos a ver si hay suerte, se llena más y aguanta más para la noche). El problema es que de momento... ¡prueba no superada!

A la pobre le cuesta muchísimo lo del biberón, no está acostumbrada a las tetinas y no le gusta nada (por cierto, que chupetes tampoco quiere, tardamos bastante en intentar darle uno por aquello de que interfería con la lactancia, y ahora ya no los coge ni a la de tres). El primer día empezamos probando con un biberón de Avent de los que nos venían de regalo con el sacaleches, y no había manera, a la pobre le daban arcadas; luego probamos con el biberón de Chicco que nos regalaron Miguev y su madre (al final no escribí para daros las gracias, ¡gracias!) y con ése ya come un poquito, pero no os creáis que mucho. Y esta noche, por recomendación de mi hermana Cristina, vamos a probar con un biberón de Nuk, que supuestamente las tetinas son las mejores, y a ver si la cosa mejora. Por cierto, que esta mañana compré unas cuantas tetinas de Nuk sueltas, tanto de silicona como de caucho, y resulta que justo ésas eran más estrechas y no encajaban en los biberones que teníamos, así que le he pedido a Fredi que comprara un biberón... ¡y ha traído uno que lleva las tetinas más anchas, podríamos haber comprado sólo la tetina! En fin...
Así que en esas estamos... por lo demás todo fenomenal, Irene y yo hemos pasado el día estupendamente, ella ha dormido más bien poquito pero ha aguantado varios ratos de media hora o más en la hamaquita, así que yo he podido desayunar, comer y hasta planchar un poquito mientras hablaba con ella y le cantaba... madre mía, estoy recordando todas las canciones de cuando era pequeñita, las de los dibujos animados y demás, y estoy disfrutando un montón cantándoselas a Irene, lo malo es que sólo me sé las letras a cachos
