Como de costumbre, tuvo que venir alguien de visita para sacarnos de casa y hacernos turistear un poco por Irlanda... esta vez fueron nuestros amigos Pilar e Isidro los que nos dieron la alegría de venir desde Cáceres la semana pasada, y el destino elegido fue
Irlanda del Norte, que ya desde hacía tiempo queríamos conocer pero nunca encontrábamos el hueco.
Planeamos un viaje de cuatro días, haciendo noche en tres lugares distinto y con bastantes sitios apuntados para ver cada día, pero sabiendo que igual no podíamos llegar a verlos todos, más que nada porque no sabíamos cómo se iba a tomar Irene el viaje, si se iba a cansar mucho, etc. El caso es que Irene aguantó fenomenal el ritmo, y aunque al final se nos quedaron un par de cosillas en el tintero (bien por falta de tiempo o por falta de coordinación con los incomprensibles horarios de apertura irlandeses), en general el viaje estuvo fenomenal, vimos la mar de cosas chulas... sólo que alguna de ellas bajo la lluvia
Pero empecemos por el principio: el jueves por la mañana lo preparamos todo y salimos de casa camino de
Belfast, la capital de Irlanda del Norte y nuestra primera parada. Habíamos reservado alojamiento en un lugar muy céntrico con la idea de dar un paseo andando por la ciudad, y eso fue lo que hicimos, aquí hay unas cuantas de las cosas que vimos:
El ayuntamiento (
Belfast City Hall)
La universidad de Queens (
Queen´s University)
Un monumento que nos pareció chulo (según la Wikipedia, se llama
Albert Memorial Clock)
También vimos el jardín botánico (
Botanic Gardens), un par de catedrales y un montón de iglesias, tanto católicas como protestantes, prácticamente una cada tres pasos. Nos hubiera gustado ver también el museo del del
Titanic y alguna otra cosa más, pero yendo con Irene preferíamos pasear por la calle que era más entretenido para ella, a los museos ya volveremos en otra ocasión.
Y además, ¡había que llegar al hotel a tiempo para ver el partido! Nada menos que la semifinal de la
Eurocopa, España-Rusia. Yo del partido no puedo comentar mucho porque no soy muy futbolera, pero como buena españolita me llevé un alegrón cuando me enteré de que había ganado
nuestra selección, ¡quién lo iba a decir!