Hasta siempre, Papá

Esta semana falleció mi padre, a los ochenta y ocho años de edad. Descanse en paz.

Dicen que la mejor manera de predicar es con el ejemplo, y así es exactamente como lo hizo él. De manera firme pero a la vez cálida y sencilla, a través de su actitud, sus costumbres y su ética personal y profesional, nos dio un magnífico ejemplo a mis hermanos y a mí, y más adelante también a sus nietos.

Muchos recuerdan su buena memoria, su talante algo serio aunque con buen humor de fondo, y la calidad de su trabajo, siempre impecable. Pero lo que aparece con más frecuencia en las conversaciones al recordarle, lo que más grabado se ha quedado en la memoria de quienes le conocieron, es la manera que tenía de felicitar los cumpleaños.

En esta era en la que muchos parecemos dedicarnos a «coleccionar amigos» en las redes sociales, y nos mandamos mensajes cada vez más superficiales, él dedicaba tiempo todos los días a sentarse a escribir tarjetas a mano, y así felicitar personalmente a los amigos, familiares y conocidos apuntados en su agenda, que eran muchos. Y a la familia más cercana, cuando había confianza, la felicitación nos llegaba en forma de mensaje al móvil justo a medianoche, para que empezáramos a celebrar nuestro cumpleaños desde el primer minuto.

Guardaba un lugar en sus pensamientos y en su corazón para cada persona que pasó por su vida, ya fuera que los viera a menudo o que hiciera décadas que no los viera. Un ejemplo precioso que me gustaría seguir (aunque sea de otras formas más modernas), no sólo por lo que es sino también por lo que representa: darle importancia a lo importante. Y el trabajo es importante, claro que sí, y es importante hacerlo lo mejor posible. Pero aún más importantes, siempre, son las personas.

Gracias por tu ejemplo Papá, por tantas cosas que he tenido la suerte de aprender de ti. Y hasta siempre.

3 pensamientos sobre "Hasta siempre, Papá"

  1. Lo siento muchísimo, Bea.
    Yo pienso que nuestros padres, al final, perviven a través de nosotros, y siguen, de alguna manera, en la rueda de este mundo.
    Un abrazo muy fuerte.

  2. Aunque a él personalmente no le conocí, me hubiera gustado conocerle para felicitarle por el buen trabajo que como padre hizo por los valores que te enseñó a ti y supongo que a tus hermanos y hermanas, pues las clases en estos casos, son colectivas. Pudo emprender su último viaje con la satisfacción de haber hecho un excelente trabajo, en eso, Javier, puedes estar seguro, te lo digo como padre que también soy y como amigo tuyo.Debió partir con esa satisfacción de haber terminado un difícil pero muy bien trabajo y resultado que es la crianza, educación y enseñanza de valores a los que traemos a este mundo. Un abrazo amigo. Juan Antonio

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