Reprograma tu vida, episodio 1: Mantén la batería bien cargada

(Este artículo es continuación del de la semana pasada, y en las próximas semanas se irán publicando más episodios).

Creo que esto es algo que todos hemos experimentado en algún momento: por muy moderno y supermaravilloso que sea nuestro móvil, si se nos olvida cargar la batería, de poco nos sirve. Un móvil con poca batería tiene un funcionamiento más limitado, y ya si se le agota del todo, directamente deja de funcionar.

De manera parecida, las personas también necesitamos energía para funcionar, aunque el tipo de energía que utilicemos y la manera en que “recarguemos pilas” sean diferentes.

Mobile phone charging on a table

Esto puede parecer una tontería, pero no lo es. Es sorprendente la cantidad de veces que descuidamos nuestras necesidades más básicas, seguramente porque no nos damos cuenta de cómo esas carencias nos roban la energía e interfieren en nuestro rendimiento. Y aunque no tengamos un indicador automático que nos diga el porcentaje de batería que nos queda, nuestro cuerpo sí que nos manda señales indicando lo que le hace falta, pero sólo podemos escucharlas si estamos atentos.

Así que antes de proceder con las tareas de reprogramación, te propongo hacer un recorrido por los cuidados básicos de tu dispositivo (que es tu cuerpo), y en especial de su procesador central (el cerebro), y hacer los ajustes necesarios para que se mantengan en un estado óptimo de energía.

Descanso

Al igual que cualquier móvil tiene que recargar su batería de vez en cuando, las personas necesitamos dormir y descansar a diario, por muchas razones.

Dejando aparte el hecho de que nuestro cuerpo en general necesita dormir un número de horas al día para reponerse y recuperar fuerzas, para nuestro cerebro las horas de sueño son especialmente importantes, ya que en ellas se producen ciertos procesos que nos ayudan a asimilar lo aprendido durante el día, además de otros procesos de limpieza y regeneración celular. Digamos que el cerebro aprovecha esos ratos de reposo para hacer sus tareas de mantenimiento, al igual que los ordenadores antiguos aprovechaban para “desfragmentar” el disco duro.

Pero para eso se debe llegar a un sueño profundo, de calidad. No vale dormir horas de menos para luego “recuperarlas” más adelante, no funciona así… Lo mejor que podemos hacer es darle al descanso la prioridad que se merece, establecer rutinas que favorezcan un sueño profundo y reparador, y recordar que descansar no es una pérdida de tiempo sino todo lo contrario, es algo fundamental para nuestra salud.

Dieta

Nuestro cuerpo también necesita recibir elementos del exterior, para transformarlos y producir su propia energía:

  • Alimentos: una dieta variada y saludable, lo más natural posible, nos nutre y nos proporciona mucha energía, mientras que el comer de cualquier manera nos puede acarrear todo tipo de problemas, unos más obvios e inmediatos que otros.
  • Agua: nuestro cuerpo está compuesto mayoritariamente por agua, y parte de esa agua se va perdiendo y hay que reponerla. La deshidrataciön no siempre es fácil de detectar, y puede afectarnos mucho tanto física como anímicamente.
  • Aire: el oxígeno también es vital para que nuestro cuerpo funcione. Respirando conscientemente más a menudo conseguimos una mejor oxigenación de las células, además de la capacidad de calmarnos y de conectar más profundamente con nosotros mismos.

Todo esto se aplica a nuestro cuerpo en general, y también al cerebro, que es el órgano más avanzado y más complejo de todos, y que tiene unas necesidades muy específicas. A pesar de constituir solamente el 2% del peso corporal, el cerebro consume aproximadamente el 20% de la glucosa disponible, el 50% del oxígeno, y grandes cantidades de agua (de hecho, es un 80% agua). Así que, para ayudarle a funcionar a pleno rendimiento, cuidemos de que tenga todo lo que necesita.

Ejercicio

Los seres humanos estamos diseñados para movernos, no para estar todo el día sentados. El hacer ejercicio regularmente nos proporciona multitud de beneficios:

  • Físicamente – hacer ejercicio nos proporciona energía y vitalidad, fortalece el sistema inmunológico, y nos ayuda a mantenernos en forma y a descansar mejor.
  • Mentalmente – se ha comprobado que el ejercicio físico influye positivamente en la actividad cerebral, por ejemplo en áreas como el aprendizaje, la memoria, las funciones cognitivas y la toma de decisiones.
  • Anímicamente – el ejercicio diario es nuestro mejor aliado para combatir la ansiedad y la depresión, reducir el estrés y gozar de mejor humor en general, ya que libera endorfinas que nos generan bienestar, además de otras hormonas como la dopamina, la serotonina y la noradrenalina, que nos ayudan a regularnos emocionalmente.

Elige un tipo de ejercicio que te guste y te motive, y así te será más fácil mantener el habito: puede ser tu deporte favorito, nadar, correr, bailar, hacer yoga… Lo importante es moverse, y hacerlo a menudo.

Conexión

Hoy en día no concebimos un móvil o un ordenador sin conexión a internet, ¿verdad? Podríamos hacer algunas cosas offline, pero no muchas, cada vez menos.

Las personas también necesitamos conexión, somos seres sociales por naturaleza, y estamos programados para conectar con otras personas. Nuestro cerebro está adaptado para vivir en sociedad, para cooperar con otros, y también para empatizar con sus emociones.

A veces se nos olvida la importancia de estar en contacto con nuestros seres queridos, de compartir, de aportar nuestro granito de arena, y así sentirnos parte de algo más grande que nosotros mismos. Esa conexión con los demás, ese sentimiento de pertenencia a una familia, a un grupo de amigos, a una comunidad, nos da una base sólida desde la que poder enfrentarnos a los retos que nos presenta la vida,

Pero tanto o más importante es saber conectar también con nosotros mismos, apartar las distracciones y escucharnos de verdad, conocernos, descubrirnos. Merece la pena invertir en ser nuestro propio mejor amigo, puesto que somos la única persona que sabemos que nos va a acompañar durante toda la vida.

(Hasta aquí la clave número 1, la semana que viene, más…)

2 pensamientos sobre "Reprograma tu vida, episodio 1: Mantén la batería bien cargada"

  1. Últimamente me falla lo del descanso (me meto tardísimo en cama), pero lo que me está matando de verdad desde hace unos años es lo de la conexión. Y no es que pueda decir lo típico de “es que la pandemia….”. No… viene de mucho antes. no sé qué ocurre, pero tengo (tenemos, meto a Luy tb en el saco) poca vida social… por no decir que es absolutamente nula.
    A veces pienso que la gente nos huye…. estamos cansandos de llamar a la gente y preguntar si nos vemos y obtener, en el mejor de los casos, un no por respuesta. La mayoría de las veces ni eso… son excusas y darnos largas en plan, uy no sé, ya te digo luego (y luego o mañana nunca viene)…
    Nuestras baterias sociales están en mínimo y, peor aún, por mucho que queremos recargarlas, no podemos 🙁

  2. Un abrazo fuerte @ociore, y mucho ánimo. Otra forma de recargar pilas sociales puede ser hacer voluntariado; así se conoce gente nueva y además se ayuda, dos pájaros de un tiro 🙂

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