¿Alguna vez os pasa que os acordáis de una canción y entráis en bucle repitiendo una o dos frases, ya sea mentalmente o en voz alta?
A mí me pasa mucho. Por ejemplo, con una canción de Orla Gartland que descubrí en la banda sonora de Heartstopper, y que me encanta: se titula Why am I like this? (Por qué soy así?), que es precisamente la frase que se repite hasta el infinito durante el estribillo 🙂
¿Alguna vez os habéis hecho esa pregunta? Me da la impresión de que es algo que muchos nos preguntamos, y por desgracia a menudo en sentido negativo: «¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué soy tan raro? ¿Por qué no puedo ser más normal?»
Ahí está la trampa, en creer se existe eso de «ser normal».
Cada uno somos como somos, y existen tantas formas de estar en este mundo como habitantes tiene el planeta Tierra. Cuando tenemos esto en cuenta, la pregunta se vuelve mucho más interesante: «¿Por qué soy así? ¿Qué es lo que hace que yo sea exactamente de la manera que soy?»
Y es tan interesante precisamente porque nadie lo sabe con total seguridad. Si le preguntáramos a un antropólogo, a un neurocientífico, a un sacerdote y a un astrólogo el porqué de un comportamiento en concreto, seguro que nos darían respuestas totalmente distintas, cada uno basándose en su experiencia y en sus conocimientos. ¿Quién tendría razón? No lo sabemos. Tal vez cada uno sería capaz de ver piezas distintas de ese inmenso puzzle que es nuestra personalidad.
Ya hemos hablado otras veces en el blog de que a nuestro cerebro le encanta simplificar, porque así se hace la vida más fácil y de paso ahorra energía. Una de las formas en las que simplifica es buscando una única explicación para cada cosa, como si todo en la vida siguiera una regla directa de causa y efecto. Pero en el fondo sabemos que no es así: en cada momento existen múltiples causas y efectos influyendo unos en otros, eso es lo que hace que la vida sea tan compleja, tan variada y sobre todo tan imprevisible.
¿Y cómo contestamos entronces la dichosa pregunta?
- Lo primero, reconociendo que nuestra personalidad es muy compleja, y que en ella influyen muchísimos factores (mi profesor de eneagrama, Alberto, lo explica como que somos como una aleación de varios metales, cada uno en una combinación única).
- Partiendo de ahí, podemos observar, investigar, buscar patrones… La curiosidad (dejando a un lado el juicio) es lo que más nos va a ayudar a conocernos, y a conocer a los demás. Vamos a empezar a darnos cuenta de cosas.
- De ahí van a ir surgiendo teorías y explicaciones de por qué somos como somos, y ya que no vamos a poder saber si son totalmente ciertas o no, lo mejor que podemos hacer es ir eligiendo las que más nos ayuden, y poco a poco irlas contrastando y ampliando a medida que vamos averiguando más cosas.
¿Qué os parece esta manera de plantearlo? Reconozco que yo la preguntita de «¿por qué soy así?» me la he hecho muchas veces, siempre me he sentido un poco (bastante) bicho raro. Quizá por eso me gusta tanto la canción que os comentaba.
Y sobre lo de ser normal o no, aquí os dejo un par de frases. La primera nos invita a dejar de lado nuestros prejuicios y generalizaciones y a acercarnos a las personas para poder conocerlas de verdad:
Y la segunda me hace mucha gracia, la tengo en un imán de nevera, y me recuerda que en esto estamos todos más o menos igual:
En resumen, que en el fondo somos todos bichos raros, cada uno a nuestra manera 🙂