El viaje y el destino

Lo hemos oido un montón de veces: es el viaje lo que cuenta, no el destino final.

Pero a veces hace falta marcarse un destino, aunque no tengamos claro si vamos a llegar, porque si no, ni siquiera empezamos el viaje…

man facing road

¿Tiene que ser el destino perfecto? No, lo que tiene que hacer es ilusionarnos, darnos fuerza para ponernos en marcha.

Y a partir de ahí, todo es aventura: ¿qué nos iremos encontrando por el camino? ¿Cómo podremos adaptarnos y aprender de ello? ¿Qué descubriremos que no sabíamos antes de empezar?

A veces durante el viaje puede que nos sintamos un poco perdidos o desmotivados, y en esos momentos ayuda mucho contar con alguien que nos acompañe durante un tramo, animándonos a pasar por encima de ese árbol caído que bloquea el camino y no nos deja ver más allá (a veces literalmente, ¡gracias Rasmi! 🙂 )

Y puede que aun superado ese obstáculo todavía no veamos claro todo el camino, pero tampoco hace falta. En palabras de Martin Luther King:

No tienes por qué ver toda la escalera, basta con que subas el primer peldaño.

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