Noche estrellada

No puedo decir que la pintura sea un tema que siempre me haya interesado, ni que le haya dedicado mucho tiempo a lo largo mi vida, pero sí que es verdad que hay ciertas obras de pintura que me parecen especialmente bonitas (o interesantes), y a las que les tengo un cariño especial.

Entre ellas se encuentran varias de Vincent Van Gogh.

Creo que en gran parte se debe a que durante varios años existió en el centro de Madrid una cafetería llamada Van Gogh Café a la que íbamos mucho mi famlia y yo, porque aparte de tener un ambiente súper agradable y una comida buenísima, estaba justo al ladito del piso de mis padres. Tengo muy buenos recuerdos de ir al Van Gogh cuando las niñas eran pequeñitas, sobre todo con mis padres, a comer de menú del día; a veces se apuntaba también alguno de mis hermanos, cuñados o sobrinos, quien estuviera por Madrid en esas fechas. Y un par de veces hicimos también comida de celebración multitudinaria, con toda la familia al completo 🙂

La decoración de la cafetería, por supuesto, era toda de Van Gogh, con copias de sus cuadros más famosos repartidos por las paredes, mantelitos de papel impresos con la colección de sus mútliples autorretratos, y hasta la reconstrucción de una de sus escenas con una mesa y dos sillas de verdad puestas junto a uno de los ventanales. Por desgracia, ese local lo cerraron hace ya unos cuantos años, pero el estilo tan sencillo y los colores tan vivos de los cuadros de Van Gogh se quedaron de recuerdo en mi memoria desde entonces.

Por eso me hizo tanta ilusión ver algunos de sus cuadros recientemente en la Naational Gallery de Londres, entre ellos el de los girasoles (o más bien uno de los de los girasoles, que pintó varios), la silla que tenéis aquí más arriba, y este paisaje con nubes que no me sonaba haber visto, y que también me pareció muy chulo:

Pero el que se lleva la palma en mi opinión es el de la noche estrellada, a la que hasta Lego le ha hecho un homenaje, y que también es uno de los cuadros estrella de la exposición interactiva (o como la llaman oficialmente, “la experiencia inmersiva”) que hemos visitado este fin de semana en Dublín:

Me gustó mucho aprender un poco más sobre la vida y obra de este gran pintor, que poseía una sensibilidad muy profunda y un talento extraordinario, aunque por desgracia acompañados de mucho sufrimiento, como pasa a menudo en el mundo de los artistas.

Hubo varias de sus citas que me resultaron muy inspiradoras, como por ejemplo:

“Si oyes una voz dentro de ti que dice que no puedes pintar, entonces adelante, pinta,,y esa voz será silenciada.”

“Las grandes cosas no se consiguen por impulso, sino a base de ir enlazando una serie de pequeñas cosas”

“El corazón del hombre se parece mucho al mar: tiene sus tormentas, tiene sus mareas, y en sus profundidades también hay perlas.”

“¿Qué sería de la vida si no tuvéramos el coraje de intentar nada?

Y también me acordé de que hace años alguien le compuso una canción preciosa, “Vincent”, aquí la tenéis con la letra en inglés y en español:

Incomodidad

Esta semana he pasado por algunos momentos en los que me he sentido un poco incómoda.

Nada grave, sólo un poco de incomodidad ante situaciones que se salían de mi día a día habitual. Han sido momentos un poco tensos (al menos dentro de mi cabeza), en los que no he sabido muy bien cómo actuar o qué decir para no meter la pata, y me he sentido torpe, incompetente, un poco como un pez fuera del agua.

Fuera de mi zona de confort.

Pero también, curiosamente, esta semana he oído una analogía que me ha venido genial para cambiar de perspectiva.

La incomodidad es algo que las personas por naturaleza tendemos a evitar, porque nos resulta desagradable, tanto si es una sensación de malestar físico como de cualquier otro tipo, como por ejemplo en ciertas situaciones sociales.

Pero por ejemplo, cuando hacemos deporte, lo que estamos haciendo precisamente es someter a nuestro cuerpo a cierto grado de incomodidad durante un periodo de tiempo, con el objetivo de que se fortalezca y se desarrolle. Y poco a poco, con constancia, el cuerpo se va acostumbrando a realizar ese ejercicio, pudiéndolo hacer cada vez con más facilidad y menos esfuerzo.

Está muy claro que si no nos movemos del sillón, nuestros músculos no se desarrollan. Pues de la misma manera, podríamos argumentar que nuestros “músculos” sociales, y nuestras habilidades en general, se desarrollan viviendo experiencias un poco incómodas, que son las que nos remueven, nos desafían y nos impulsan a aprender.

Porque, seamos realistas: cuando estamos completamente cómodos, es que no estamos aprendiendo nada…

Una zona de confort es un lugar precioso, pero donde nunca crece nada.

John Assaraf

Recuerdo que antes de venir a Irlanda yo no estaba nada acostumbrada al frío, y lo llevaba muy mal. Luego con los años me fui aclimatando, y a día de hoy no es que me guste pasar frío ni mucho menos, pero esa sensación que tanto me incomodaba hace años ahora ya no me afecta tanto, la encuentro mucho más llevadera. ¿Y por qué? Porque en algún momento decidí dejar de evitar sentir frío a toda costa, y me permití sentir un poco de frío y comprobar que no era el fin del mundo, que todavía podía seguir funcionando normalmente. Ahora considero que me he liberado de tener que mantenerme constantemente en la temperatura ideal.

Llevando el mismo razonamiento a las situaciones que os comentaba al principio, ahora por suerte sé que el sentirme incómoda durante unos minutos no es el fin del mundo. Todo lo contrario: es una oportunidad para estar atenta y observar (y observar-me), ejercitar “músculos” que a lo mejor no sabía ni que tenía, y confiar en que acabaré aprendiendo algo nuevo.

Y a ti, ¿qué es lo que te hace sentir incómod@? ¿Y qué te está queriendo enseñar esa incomodidad?

Haz lo que puedas

Ya llevamos una semanita de este año 2023; poco a poco vamos volviendo a la normalidad después de las fiestas… Y a lo mejor ya se nos va pasando ese entusiasmo con el que empezamos el año hace unos días.

Aquellos planes que tanta ilusión nos hacían, aquellos propósitos, puede que ahora se nos hagan un poco cuesta arriba. De hecho, en España existe una expresión que no sé si la hay en otros países: “la cuesta de enero”. Se refiere a las dificultades que a veces tenemos para afrontar este mes, a menudo económicas (por haber gastado mucho durante las Navidades), pero yo diría que también emocionales, al haber acabado ya la época de celebraciones y haber vuelto a la rutina, el frío y la monotonía del invierno.

Wooden steps ascending through a rocky field, under a grey cloudy sky

Por lo visto hay mucha gente que ahora en enero se pone a planear sus siguientes vacaciones, para tener algo con que ilusionarse, o como se dice en inglés, “something to look forward to”. Ayer pasé por delante de una agencia de viajes, ¡y había cola! Me quedé alucinada.

En fin, que esta época del año se nos puede hacer un poco durilla, especialmente si nos habíamos propuesto un objetivo o una meta que aún vemos muy lejos y no nos parece que estemos avanzando lo suficiente.

Yo soy la primera que estoy en esa situación: para este año me he propuesto unas cuantas cosas relacionadas con BinaryWords, y aquí ando, viendo como los días pasan mucho más rápido de lo que avanza mi proyecto… En mi opinión, como ya he dicho otras veces, la clave está en encontrar un ritmo sostenible, que en este caso para mí se traduce en un equilibrio entre tener paciencia conmigo misma y darme un poquito de caña. Descansar y cuidarme, por supuesto, y sacar ratos para hacer cosas que me gustan, pero también motivarme aunque no tenga ganas e irme poniendo tareas alcanzables cada día o cada semana, por que si no me es muy fácil quedarme en lo de siempre y no moverme.

A todo esto, con gran ilusión os comunico que por fin he puesto en marcha la lista de correo a través de Mailchimp. Os podéis suscribir aquí para recibir el post de la semana en vuestro correo electrónico, y estar al día de las novedades que vaya sacando. Si ya estáis suscritos no tenéis que hacer nada, yo os daré de alta en la lista nueva, y recibiréis los emails en un formato un poco más mono 🙂 Y si veis algún problema, por favor decídmelo para que lo arregle, que todavía estoy aprendiendo (y me falta investigar cómo hacer los emails bilingües sin tener que escribirlo todo dos veces…)

En fin, volviendo al tema, os animo a que tengáis paciencia con vuestras metas y objetivos para este año, especialmente en este mes de enero, y a que vayáis avanzando a un ritmo que os permita cuidaros por el camino pero que no os deje poneros excusas 😉

Y acabo con una de mis citas favoritas de todos los tiempos, que se puede aplicar a cualquier situación, incluida esta:

Haz lo que puedas, con lo que tienes, donde estás.

Theodore Roosevelt

Feliz Navidad

¡Feliz Navidad! Para todos los que la celebréis, ya sea como fiesta religiosa o simplemente como ocasión para reuniros con vuestros seres queridos.

Christmas tree leaves close up with lights, golden stars and golden bauble

Sea como sea, espero que estéis teniendo la oportunidad de hacer algo diferente, y de descansar y recargar pilas ahora que nos acercamos al final del año.

Y con el año nuevo, ¡Llegarán novedades a BinaryWords! De momento, os dejo con una frase que vi ayer en un puestecito navideño aquí en mi Cáceres natal, decía algo así como…

Vivir es como montar en bicicleta, para mantener el equilibrio tienes que seguir avanzando

ACTUALIZACIÓN – después de escribir este post me he enterado de que la cita es de Albert Einstein, y las palabras son un poco distintas: habla de moverse, no de avanzar. Pero digo yo, ya que nos tenemos que mover, movámonos hacia adelante, ¿No?

Coleccionando citas

Esta semana se ha celebrado Acción de Gracias en Estados Unidos, y si os habéis paseado estos días por las redes sociales, seguramente habréis visto (entre anuncio y anuncio de ofertas del Black Friday) un montón de citas inspiradoras sobre el agradecimiento.

(Si os apetece leer un post sobre el agradecimiento, aquí tenéis uno de hace más o menos un año)

Wooden scrabble letters forming the phrase "Say thank you"

Mis lectores habituales habréis notado que me gusta poner citas de vez en cuando en el blog, pero no siempre, porque aunque me encaaaaaaaaaantan las citas (podríamos decir que las colecciono), me da la impresión de que a veces nos bombardean tanto con ellas que al final nos acabamos saturando, y dejan de llamarnos la atención. Por eso prefiero dosificarlas.

Hoy sí me gustaría poner aquí dos citas que vienen a decirnos prácticamente lo mismo, y no son las únicas ni mucho menos. Es un mensaje que se ha dicho mil veces de mil maneras diferentes, precisamente porque sigue siendo igual de cierto y de relevante hoy en día que en época de los antiguos filósofos griegos:

Sabio es el hombre que no se lamenta por las cosas que no tiene, sino que se regocija por las que sí tiene.

Epicteto

Agradece lo que tienes, y acabarás teniendo más. Si te concentras en lo que no tienes, nunca jamás tendrás suficiente.

Oprah Winfrey

Frases intraducibles: walking down memory lane

Hoy os traigo otra expresión de esas “intraducibles” que me encanta en inglés, porque me parece una metáfora muy chula: walking down memory lane, que en español sería algo así como “darse un paseo por la calle de los recuerdos”.

Y eso es precisamente lo que he estado haciendo este fin de semana: acompañar a unas amigas en su paseo por la calle de los recuerdos, volviendo a visitar lugares que no habían pisado desde hacía muchos años. Ha resultado un paseo precioso, tanto en el sentido literal como en el figurado, e inevitablemente, hemos creado nuevos recuerdos (¡gracias chicas!)

Stack of old black and white photos

En español, lo más parecido al memory lane que se me ocurre es el baúl de los recuerdos, de la famosa canción de Karina:

Buscando en el baúl de los recuerdos
Cualquier tiempo pasado nos parece mejor.
Volver la vista atrás es bueno a veces,
Mirar hacia adelante es vivir sin temor.

También me parece una metáfora curiosa. Y también este fin de semana me he encontrado rebuscando en ese baúl, rescatando momentos especiales con una persona muy querida que desde ayer ya no está con nosotros, y de la que me hubiera gustado poder despedirme.

Estoy de acuerdo en que de vez en cuando viene bien mirar un poquito hacia atrás y recordar con cariño las cosas que fueron, ya que al fin y al cabo, como decía my abuela, “aquellos tiempos trajeron éstos”. Aunque eso sí, tengamos cuidado de no regodearnos demasiado, que no nos impida aprovechar el presente…

Disfruta de las cosas pequeñas de la vida, porque tal vez un día vuelvas la vista atrás y te des cuenta de que ésas eran las cosas grandes.

Robert Brault

Tradiciones

Todas las épocas del año tienen sus tradiciones, y en el hemisferio norte, ahora nos tocan las de otoño.

En Cáceres (España), donde you nací y crecí, al día 1 de noviembre se le conoce como “el día de las castañas”. Es el día de Todos los Santos, seguido del día de Todos los Difuntos, cuando muchas familias visitan los cementerios para recordar a los seres queridos que ya no están.

Cuando yo era pequeña no conocíamos nada de Halloween, ni de Diwali, ni siquiera de la tradición mexicana del Dia de los Muertos. Y mi familia no tiene la costumbre de visitar el cementerio. Pero lo que sí hacíamos todos los años por estas fechas era asar castañas, ¡qué ricas!

Raw chestnuts

A medida que pasan los años y vamos creciendo, vamos teniendo la opción de continuar con ciertas tradiciones, aparcarlas si ya no tienen mucho sentido para nosotros, o irlas transformando según lo que consideremos importante. Yo guardo muchos buenos recuerdos (y un buen taco de fotos, ¡reveladas en papel!) de cuando en época de instituto y de universidad salíamos al campo la pandilla de amigos a asar castañas. Luego años después, al llegar a Irlanda, nos quedamos alucinados con las celebraciones de Halloween, sobre todo con la versión más original celta, con sus hogueras, además de las tradiciones que habían llegado de Norteamérica como el trick or treating y las calabazas.

Pero incluso aquí en Irlanda y rodeados del espíritu de Halloween, casi todos los años nos seguimos juntando unos cuantos irreductibles españolitos a hacer una “castanyada”, como dicen los catalanes, pasándolas canutas a veces para encontrar las dichosas castañas 😀 Aunque en realidad da igual, las castañas son otra excusa más para reunirnos, al igual que principios de verano nos reunimos por San Juan para “saltar la hoguera”.

Ahora en años más recientes, gracias a vivir en un barrio multicultural y a tener compañeros de trabajo de la India, también hemos conocido la tradición de Diwali, el triunfo de la luz sobre la oscuridad, que tiene mucho sentido en esta época del año en que los días se acortan y las noches se hacen eternas. Acabamos de cambiar la hora en Europa, la semana que viene la cambiarán en América, y las tardes oscuras parece que nos invitan a todos a entrar en hibernación.

Por eso me encantan las luces de Diwali, las de Halloween e incluso las de Navidad (aunque aún sea un poco pronto), me parece que aportan una chispa de alegría en esta época del año tan gris… Al fin y al cabo, en el fondo todo vuelve a lo mismo: luces y sombras, la esperanza de ver que la oscuridad es pasajera y que más adelante vendrán tiempos mejores.

Mantenemos tradiciones porque nos dan sensación de familiaridad, de comodidad, de seguridad. Pero como pasa con todo en la vida, si nos las tomamos demasiado en serio, pueden acabar convirtiéndose más en una fuente de estrés que de disfrute, así que os dejo con un par de citas que me han gustado sobre este tema:

Sólo porque algo sea tradicional no quiere decir que haya que hacerlo, claro está.

Lemony Snicket, The Black Book

La tradición es una guía, no un carcelero.

W. Somerset Maugham

Y tú, ¿qué tradiciones, nuevas o viejas, tienes para este otoño?

Nihil volitum…

…Nisi praecognitum. Ésta es una de las pocas frases que conozco en latín, y más o menos viene a decir que no se puede desear lo que no se conoce.

Monkey with a mirror in their hands, looking at their reflection

Hoy me ha venido a la memoria junto con esta otra frase que leí en un libro de Laura Chica: Acéptate. Ámate. Supérate. En ese orden.

Muchas veces, en el mundo del desarrollo personal, queremos empezar por el final: nos empeñamos en intentar ser mejores, en superar nuestros defectos, y en “solucionar” las partes de nuestra vida que creemos que no funcionan bien. Intentamos cambiar nuestros “malos hábitos” a base de fuerza de voluntad, con el tremendo esfuerzo que ello supone, a menudo para conseguir resultados escasos y poco sostenibles. Es como como si estuviéramos nadando a contracorriente.

Es muy positivo querer cambiar, querer evolucionar, querer mejorar. Pero si lo hacemos desdel el juicio y la autocrítica, lo que conseguimos es machacarnos. Amarnos y aceptarnos tal y como somos es el paso previo necesario para cualquier cambio duradero y exitoso en nuestra vida.

Pero claro, eso es mucho más fácil de decir que de hacer, ¿cómo podemos conseguir aceptarnos y amarnos? La respuesta nos llega también de los sabios antiguos, esta vez en griego, a través de la famosa inscripción que adornaba la fachada del templo de Apolo en Delfos: γνωθι σεαυτόν. Conócete a ti mismo.

Tiene lógica, ¿verdad? ¿Cómo nos vamos a amar si ni siquiera nos conocemos? Cuanto mejor nos conozcamos, más nos comprenderemos, es así de simple. A medida que profundicemos en la aventura del autoconocimiento, nos iremos dando cuenta de lo que nos motiva y lo que nos asusta, de lo que en el fondo más deseamos, de por qué (y para qué) hacemos lo que hacemos, y nos será más fácil perdonarnos, aceptarnos, y finalmente amarnos. Y una vez que nos amamos, el cambio surge desde dentro hacia afuera, sin tener que forzarlo.

Así que, en lugar de empezar por el final como tantas otras veces, te invito a animarte a empezar por el principio, mirándote en el espejo y zarpando en tu viaje hacia adentro:

Conócete, acéptate, ámate, supérate. En ese orden.

Frases intraducibles: back to basics

Aquí va otra frase en inglés de esas que me gusta llamar “intraducibles” – no es que no se puedan traducir al español, pero en inglés suenan muchísimo mejor, para mi gusto, y la traducción digamos que hay que explicarla para que se entienda bien (otras frases y expresiones aquí, aquí y aquí).

Y la frase de hoy es “back to basics“, que significa más o menos “volver a lo básico”.

¿Y qué es lo básico? Pues depende del tema del que estemos hablando. Si estamos hablando de decoración, por ejemplo, o de moda, puede ser apostar por líneas y colores más sencillos, en vez de estilos más rebuscados. Si hablamos de educación primaria, puede ser volver a poner más énfasis en las asignaturas esenciales, como son la lengua y las matemáticas. La idea que a mí me transmite el “back to basics”, en general, es que nos hemos vuelto tan sofisticados (en el área que sea) que se nos ha olvidado lo realmente importante, la base de todo, y hay que volver a ella.

Es una frase que se puede aplicar a muchas situaciones, en casa, en clase y en el trabajo. Hoy os quiero proponer usarla como recordatorio para cuidarnos.

woman doing hand heart sign while looking at the sunset

Cuidarnos nosotros primero, para poder después cuidar de los demás, o cuidar de nuestros asuntos. Porque, ¿cuántas veces estamos tan ocupados y llenamos nuestro día con tantas cosas que al final no nos dedicamos tiempo ni atención a nosotros? Y sólo nos damos cuenta cuando ya no nos queda energía, cuando ya estamos agotados.

Quizá sea porque creamos que hay otras cosas más importantes, que los demás tienen que ir primero… Pero eso en el fondo no es sostenible. Me gusta mucho cómo lo expresa Katie Reed:

“El autocuidado es darle al mundo lo mejor de ti, en lugar de lo que queda de ti.”

Katie Reed

¿Te gustaría tener energía para poder darle al mundo lo mejor de ti? Entonces te propongo volver a centrarte en estos cuatro pilares básicos, si es que en algún momento los has descuidado:

  • Descanso – dormir lo suficiente todas las noches, y que el sueño sea profundo y reparador, además de tomarte pequeños descansos durante el día.
  • Dieta – una alimentación sana, equilibrada y a ser posible natural, bebiendo mucha agua para mantener la hidratación, y respirando conscientemente a menudo para oxigenar todas las células.
  • Ejercicio – dedicar tiempo a moverte, y si es a menudo y al aire libre, aún mejor. Si eliges algo que te guste y te motive, lo harás más a menudo: tu deporte favorito, nadar, correr, bailar, hacer yoga…
  • Conexión – encontrar el equilibrio entre dedicar tiempo a conectar con los demás, pues somos seres sociales, y conectar también con nosotros mismos, para poder mantener “las pilas cargadas”.

¿Qué te parecen estos cuatro pilares básicos del autocuidado? ¿Añadirías algún otro? ¿A cuál crees que te vendría bien dedicarle más tiempo y atención en este momento de tu vida?

No hay horas suficientes

¿Alguna vez sientes que los días se te quedan cortos, que no te llega para poder hacer todo lo que quieres (o tienes) que hacer?

En esas estaba yo hace unos años cuando me topé con un programa de RTÉ, la televisión nacional irlandesa, que se llamaba precisamente así: “Not enough hours” (no hay horas suficientes).

Recuerdo que en aquella época yo estaba bastante agobiada en general, de hecho el subtítulo de mi blog de entonces (la anterior encarnación de BinaryWords), era “en lucha contra el caos”. Porque así era como me sentía: había mucho caos en mi vida, y yo tenía que luchar contra él, y todo se me hacía cuesta arriba… Básicamente lo que estaba pasando era que tenía un trabajo a jornada completa, una niña pequeñita más otra en camino, y unas expectativas de mí misma que no era capaz de cumplir.

Así que ese programa de la tele me vino que ni pintado, por muchas razones. La primera es que me tranquilizó ver que lo que me pasaba a mí le pasaba también a mucha otra gente, de maneras diferentes. La segunda es que aprendí varias cosas que me parecieron tanto interesantes como útiles, os comparto un par de ellas más abajo.

La tercera es que así fue como conocí a Owen Fitzpatrick, el psicólogo y experto en gestión del tiempo que presentaba el programa. En cada episodio acompañaba a una persona distinta, para ayudarla en su problema concreto. Me encantaba su forma de explicar los conceptos de gestión del tiempo, y cómo los aplicaba para conseguir una solución que de verdad funcionara para cada participante… Luego, charlando con un compañero de trabajo (¡gracias Tim!), me enteré de que Owen era experto en muchas otras áreas también, y así fue como acabé haciendo mi primer curso de PNL, en Dublín, allá por 2013, con Owen Fitzpatrick y Brian Colbert 🙂

Estos son los dos aprendizajes que me llevé de ese programa, que yo recuerde:

  • Cómo el perfeccionismo nos hace más mal que bien, y la frase “perfecta” para que no nos agobie ni nos bloquee a la hora de hacer algo:

No tiene que estar hecho a la perfección, sólo tiene que estar hecho.

(Owen Fitzpatrick, y muchos otros con palabras similares)

Curiosamente, aún a día de hoy, cuando me doy cuenta de que me he quedado enganchada intentando hacer una tarea de forma perfecta, lo que oigo en mi cabeza es la voz de Owen diciendo esta frase, y eso me ayuda un montón (además de confirmar que uno de mis sistemas representacionales principales es el auditivo, cosa que aprendí en su curso de PNL).

  • Cómo el concepto del tiempo es algo abstracto que las personas representan internamente de maneras distintas. Por ejemplo, al imaginar una linea temporal, unas personas la visualizan de izquierda a derecha, situando el pasado a un lado y el futuro al otro, y otros la representan perpendicularmente, situando el pasado detrás y el futuro delante. Dependiendo de tu manera concreta de representar internamente el tiempo, puede que te cueste más organizarte con una agenda de formato tradicional, y si es así, puede que haya otras estrategias que te funcionen mejor para completar las tareas.

¿Qué te parecen estas dos ideas? ¿Qué te ayudaría a sacarle más provecho a tu tiempo?