Empieza el mes de septiembre, y en el hemisferio norte el verano ya se nos ha acabado, o como mucho está casi en las últimas: es momento de volver a la rutina.

¿Qué es lo que se te pasa por la mente cuando oyes o lees esa palabra, rutina? Me da la impresión de que muchos de nosotros, al menos los adultos, tenemos una relación de amor-odio con ella…
Por supuesto, para los niños también es momento de volver a la rutina: la vuelta al cole o bien ya ha llegado o está a la vuelta de la esquina, dependiendo del país. Lo curioso con los niños es que, como van creciendo, cada año su rutina va cambiando, nunca es exactamente igual. Cada nuevo curso escolar viene con nuevas actividades, nuevas ilusiones y nuevos retos; es una nueva aventura.
¿Y para los adultos? Pues depende. Como nosotros no siempre “pasamos de curso”, nos puede parecer que volvemos exactamente a la misma rutina de siempre, al mismo trabajo, a la misma gente, a las mismas obligaciones… En realidad sí que hay cosas que cambian, pero igual no destacan lo suficiente como para que les prestemos atención. Y si durante las vacaciones hemos conseguido “escaparnos” de un trabajo o de un ambiente que no nos gustaba mucho, ahora el tener que volver puede que no nos haga demasiada gracia.
Pero el caso es que, como a los niños, a los adultos también los viene fenomenal tener una rutina, nos ayuda a todos a estar mucho más centrados. Las personas somos animales de costumbres.
Entonces, ¿por qué nos gusta tan poco esta época del año?
¿No será que confundimos la rutina con la monotonía?
Una rutina le da estructura a nuestro día y a nuestra semana, es como el armazón donde podemos ir colocando las distintas tareas y actividades. Y si bien algunas de esas tareas y actividades vienen impuestas desde fuera, otras muchas seguramente no, con lo que tenemos flexibilidad para adaptarnos, hacer cambios y experimentar, a ver qué pasa.
Ahora que justo estamos empezando el ciclo otra vez, es buen momento para ir introduciendo pequeños cambios en nuestra rutina diaria, empezando por cositas sencillas que nos puedan traer grandes resultados. Por ejemplo, aquí hay unas cuantas sugerencias para empezar la mañana con buen pie:
- Respirar conscientemente
- Planificar / visualizar tu día
- Leer un libro que te inspire
- Escribir tus pensamientos
- Repetirte afirmaciones positivas
- Agradecer lo que ya tienes
- Meditar unos minutos
- Hacer yoga o estiramientos
- Salir a pasear, a correr, a hacer deporte…
- Prepararte un desayuno especial
Todas ellas son beneficiosas en cualquier momento del día; yo te sugiero dedicarles (dedicarTE) el primer ratito de la mañana, antes de hablar con nadie más y antes de echarle mano al móvil, para así empezar el dia desde la intención, en lugar de solamente reaccionar a lo que te vaya pasando.
¿Qué te parece? ¿Qué nuevas actividades y retos vas a introducir en tu rutina diaria de este año, para no caer en la monotonía?