Hace unos dos años, poco después de empezar con esta reencarnación de BinaryWords, mi amiga María me dio un consejo: hacerme un calendario para planificar cuándo escribir los artículos del blog. A mí me pareció muy buena idea, y simplificando un poco para hacérmelo más fácil, me propuse escribir un artículo nuevo cada semana.

Dos años después, la verdad es que estoy orgullosa de haber conseguido mantener esta frecuencia. Sí que tengo que confesar que, como tengo tendencia a dejar ciertas cosas para última hora, mi estrategia del «post semanal» rápidamente derivó en «el post del domingo por la noche», momento en el que literalmente ya no quedan más horas en la semana 🙂
Pero la estrategia me sirvió, y me sigue sirviendo. El no faltar a mi palabra me motiva para sentarme al teclado cada domingo, sin importarme dónde esté, o si tengo ganas de escribir o no. Me ha tocado escribir posts desde aeropuertos, trenes, casas rurales, y hasta desde un colchón hinchable en el salón de casa de unos amigos. Muchas veces me han dado las tantas de la madrugada, y el post se ha publicado técnicamente en lunes. Pero eso es lo de menos; lo importante es que se ha seguido publicando.
Y yo he seguido escribiendo.
Aunque no tuviera ganas.
Como hoy, por ejemplo.
Y esto es algo que ocurre en todos los ámbitos; ¿creéis que a los atletas les apetece salir a entrenar toods los días? ¿Incluso cuando hace mal tiempo, cuando no se encuentran bien de salud, o cuando están desanimados? Pues no, pero lo hacen igualmente, porque saben que es importante tener constancia, es lo que les permite ir avanzando hacia sus metas.
Y quien dice atletas, dice cualquier otra cosa; cualquier actividad que nos tomemos en serio y en la que queramos progresar requiere constancia: pintar, escribir, hacer ejercicio, tocar un instrumento… Todo esto, por supuesto, requiere disciplina, pero también hay ciertos trucos que nos pueden ayudar:
- Póntelo fácil: plantéate un objetivo realista para tu actividad, resérvale un tiempo específico en tu agenda, y procura reducir al máximo el esfuerzo necesario para empezar. Por ejemplo, si vas a salir a correr por la mañana temprano, la noche antes puedes dejar la ropa preparada, las zapatillas en la puerta, etc.
- No te lo pienses: los seres humanos somos especialistas en tomar decisiones emocionales y luego justificarlas racionalmente. Si empiezas a darle vueltas y a negociar contigo mismo cada vez, casi seguro vas a encontrar razones para no realizar la actividad. Es lo que toca y punto, ¡adelante!
- Haz aunque sea sólo un poco: lo más difícil de todo es empezar, así que si ves que no tienes ánimos para hacer la actividad completa, comprométete al menos a hacer una parte, como por ejemplo, correr cinco minutos. Pasado ese tiempo, date permiso para parar (si aún lo necesitas), o para seguir, que seguramente será mucho más fácil ahora que ya has roto esa barrera de resistencia inicial.
¿Y tú, qué tal llevas lo de la constancia? ¿En qué aspectos de tu vida te resulta más fácil ser constante, y en cuáles menos? ¿Qué te motiva para ponerte en marcha incluso los días que no tienes ganas?
Recordemos las palabras de Pablo Picasso, que en este caso se refieren al arte pero que podemos aplicar a cualquier objetivo en la vida:
La inspiración existe, pero te tiene que encontrar trabajando.
Pablo Picasso