(Este artículo es continuación de los de las semanas anteriores, episodios 0, 1, 2 y 3, y en las próximas semanas se irán publicando más episodios)
¿Alguna vez te paras a contar las aplicaciones que tienes abiertas en el móvil, funcionando todas a la vez? Los móviles, como todos los ordenadores, están diseñados para poder ejecutar un montón de programas en paralelo; algunos son muy fáciles de identificar, como las aplicaciones que tenemos instaladas y que vamos usando, y luego hay otros, como los procesos del sistema operativo, que normalmente ni siquiera notamos que están ahí, pero que son imprescindibles.

Las personas funcionamos de manera parecida: nuestra mente consciente realiza una serie de tareas voluntarias, las que nosotros decidimos hacer, que podríamos comparar con las aplicaciones. Pero además, al mismo tiempo, nuestro inconsciente está efectuando otras muchas tareas de manera automática y completamente involuntaria, sin que intervenga para nada nuestro pensamiento: recibe y procesa constantemente la información que le llega tanto del exterior como de los órganos del cuerpo, y regula todas nuestras funciones corporales para adaptarse al entorno y a cada situación.
Pero también hay una gran diferencia en nuestra forma de funcionar, y es que el cerebro humano sólo es capaz de centrar su atención consciente en una cosa cada vez, Podemos crearnos la ilusión de estar haciendo varias tareas al mismo tiempo, es el famoso multi-tasking, pero en realidad lo que pasa en esos casos es que estamos cambiando de contexto muy deprisa, muchas veces, y con cada cambio nos cuesta un esfuerzo volver a concentrarnos otra vez en la tarea, con lo cual al final nos distraemos más, rendimos menos, y acabamos agotando a nuestro cerebro.
Multitarea = atención parcial discontinua
Así que, de la misma manera que, cuando el móvil nos empieza a ir muy lento porque está sobrecargado con tantas aplicaciones, cerramos unas cuantas y enseguida empieza a funcionar mejor, cuanto más podamos «cerrar otras aplicaciones» en nuestra mente y centrarnos solamente en la tarea que tenemos delante, más eficientes y productivos podremos ser, y menos cansancio mental acumularemos.
De hecho, en esto se basan todas las técnicas y ejercicios de mindfulness: en aprender a centrarnos en el aquí y ahora, en el momento presente, y a dirigir nuestra atención de forma consciente.
Esto nos trae además otra ventaja adicional, algo que nos hace mucha falta en estos tiempos, y es la capacidad de concentrarnos más profundamente en una tarea, cosa que no es posible con el multi-tasking, Una vez que recuperamos esa capacidad de concentrarnos, como cuando de pequeños nos poníamos a jugar y se nos pasaban las horas, es mucho más fácil que surja la creatividad, y que las ideas fluyan libremente.