Tal y como os contaba en el post anterior, la semana pasada tuve la oportunidad de dar una charla sobre mi carrera profesional a una clase de estudiantes de instituto.
Me costó bastante preparar la presentación, por un lado porque en general me cuesta hablar de mí misma (y no me gusta ponerme como ejemplo de nada), y por otro, porque no tenía muy claro cómo expresar lo que quería transmitir. Ya tengo comprobado que el storytelling (contar historias) no es lo mío, así que tenía que buscarme otra manera.
Por suerte, un par de días antes de la fecha tuve una conversación con un amigo (¡gracias Quique!) que me ayudó mucho a ponerme en el lugar de esos adolescentes; estuvimos hablando de cómo a esas edades, solamente unos pocos suelen tener claro lo que quieren estudiar o a lo que se quieren dedicar, lo más habitual es no tener ni idea. Si a esto le sumamos la cantidad de opciones que hay para elegir (cada vez más) y la velocidad a la que está cambiando el mercado laboral, llegamos a unos grados de incertidumbre mucho mayores que los de las generaciones anteriores. Y claro, eso agobia.
Todo esto me dio una idea, una metáfora que poder utilizar para explicar lo que quería transmitirles…
Me acordé de Dora la exploradora.

Si alguna vez habéis visto un episodio de Dora, os acordaréis de que siempre tiene una misión que completar, un objetivo que conseguir, y por el camino se va encontrando pruebas y dificultades, pero al final siempre consigue llegar a la meta (¡y celebrarlo!).
¿Y qué es lo que tiene Dora (aparte de a su amigo Boots) que le ayuda a superar esas pruebas y dificultades?
Lo primero, un mapa.
El mapa le mostraba el camino a Dora al principio de cada episodio, casi siempre con tres lugares por los que tenía que pasar antes de llegar a su destino:

Claro, que el mapa de Dora siempre acertaba en todo, sabía exactamente lo que iba a haber por el camino… Por supuesto, en la vida real sabemos que «el mapa» (o sea, nuestro plan) sólo es orientativo, y que siguiendo el razonamiento del post de la semana pasada, lo más probable es que pase algo como esto:

Así que bueno, tal como yo lo veo, está muy bien tener un mapa, un plan, sobre todo al principio. Nos puede ayudar, nos puede orientar, pero no nos va a solucionar la vida, así que si no tenemos un plan, tampoco es el fin del mundo, ya irá apareciendo el camino.
Primer mensaje: no pasa nada si no tienes un plan, va a cambiar de todas maneras.
Pero entonces, ¿qué podemos hacer para prepararnos?
Y aquí llegamos al segundo objeto que siempre llevaba Dora, y que a mí me parece mucho más importante y más interesante que el mapa. ¿Os acordáis de lo que era?
Una mochila.
Una mochila llena de herramientas de todo tipo. Y cada vez que se le presentaba una dificultad, Dora abría la mochila y sacaba la herramienta perfecta para la ocasión, la que le permitía solucionar el problema.

Segundo mensaje: puede que no sepamos el camino exacto que nos tocará recorrer, pero sí que podemos ir preparando la mochila, e ir llenándola de herramientas que nos vayan a servir tanto para nuestro trabajo como para nuestra vida personal y nuestras relaciones.
Esas «herramientas» pueden ser:
- Habilidades y talentos naturales que ya tenemos, y que podemos seguir trabajando y potenciando.
- Cosas que aprendemos en un entorno formal (colegio, instituto, universidad, puesto de trabajo, etc.), y no me refiero sólo a lo que viene en los libros (que también), sino a muchas otras habildades que aprendemos al pasar por esas experiencias.
- Cosas que aprendemos en entornos menos formales, y nosotros mismos buscamos: actividades extraescolares, aficiones, hobbies…
En definitiva, todo lo que vamos aprendiendo en los distintos entornos en los que nos movemos va pasando a formar parte de nuestra mochila. Y de todas esas herramientas, las que más útiles nos van a ser son las llamadas «habilidades transferibles» (transferrable skills en inglés), poque se pueden aplicar en cualquier ámbito profesional, y también personal. Os pongo aquí unos ejemplos de las más típicas:
- Comunicación y presentaciones
- Organización
- Calidad y atención al detalle
- Adaptabilidad al cambio
- Colaboración y trabajo en equipo
Y mi favorita, en mi opinión la mejor, porque ayuda a potenciar todas las demás: auto-conciencia y gestión emocional.
¿Qué te parece esta idea de la mochila? ¿Qué herramientas tienes tú ya en la tuya? ¿Y cuáles te gustaría conseguir?