Reprograma tu vida, episodio 7: Pon atención a las notificaciones

(Este artículo es continuación de los de las semanas anteriores, episodios 0123 45 y 6, y en las próximas semanas se irán publicando más episodios)

A lo largo del día, el móvil nos avisa de un montón de cosas, mostrándonos mensajitos en forma de notificaciones. Algunas podemos elegir si queremos verlas o no, como los avisos de mensajes de correo electrónico o de redes sociales, pero otras son inevitables porque tienen que ver con el propio dispositivo, como los avisos de que ya queda poca batería, de si hay o no hay conexión de Wi-Fi, o cada cierto número de meses, de que el sistema operativo necesita actualizarse.

El cuerpo humano también lleva incorporado un sistema muy efectivo y sofisticado de notificaciones: son las emociones.

Mosaic of 25 images of the same woman´s face showing different emotions

  • Las emociones se producen en respuesta a un estímulo, que puede ser real, imaginado o recordado.
  • Tienen un componente fisiológico: nuestro cuerpo se activa de una manera determinada, que es diferente para cada emoción.
  • Y también tienen un componente cognitivo: el cerebro interpreta esas señales del cuerpo para darle un sentido a lo que estemos experimentando.

Algunas emociones son aprendidas o tienen componentes culturales, pero hay varias que han sido reconocidas como universales: todos los seres humanos las compartimos y todos somos capaces de reconocer la expresiones faciales que las caracterizan.

Cada emoción llega para avisarnos de algo, para darnos un mensaje sobre lo que nos está pasando en un momento en concreto, y si sabemos escucharla, nos puede dar una información muy útil.

Las emociones pueden llegar a ser muy intensas, pero su duración es cortita, de aproximadamente un minuto y medio. El problema es cuando nos quedamos «enganchados» en esa emoción, dándole vueltas y más vueltas, porque lo que hacemos entonces es seguir generándola una y otra vez con nuestro pensamiento repetitivo. Es así como generamos un estado de ánimo determinado, que es menos intenso que la emoción pero más duradero, sin un principio y un final tan definidos.

¿Y qué podemos hacer para no quedarnos enganchados? Pues acoger esa emoción en el momento en el que aparezca, permitirnos sentirla. Dejar que nos atraviese, estando atentos, y sin tratar de evitarla ni huir de ella. Eso nos va a permitir reconocerla, ponerle nombre, y escuchar el mensaje que nos viene a traer. Porque una vez entregado el mensaje, la emoción ya ha cumplido con su misión, ya se puede marchar. Y nosotros podemos dejar que se marche, y utilizar la información que nos ha dado para tomar una decisión y actuar en consecuencia.

Alegría

Human face expressing joy
  • ¿De qué me avisa? – De algo agradable y placentero, de haber alcanzado una meta.
  • ¿Para qué? – ¡Para disfrutarlo!
  • Además… – Mi cara sonriente muestra cordialidad, transmite a los demás: «no soy una amenaza para ti».

Sorpresa

Human face expressing surprise
  • ¿De qué me avisa? – De algo nuevo, repentino e inesperado.
  • ¿Para qué? – Para centrar la atención.
  • Además… – Los ojos se me abren mucho para poder fijarme bien, e investigar eso nuevo que acaba de aparecer.

Miedo

Human face expressing fear
  • ¿De qué me avisa? – De un peligro que amenaza mi seguridad.
  • ¿Para qué? – Para evitar o mitigar el daño.
  • Además… – Mis sentidos se agudizan, y mi organismo se prepara para protegerse del peligro.

Ira

Human face expressing anger
  • ¿De qué me avisa? – De un obstáculo que se interpone, o de que se ha transgredido un límite que es importante para mí.
  • ¿Para qué? – Para apartar el obstáculo o defender mis límites.
  • Además… – Me preparo para atacar.

Tristeza

Human face expressing sadness
  • ¿De qué me avisa? – De la pérdida de algo valioso, o de una necesidad no cubierta.
  • ¿Para qué? – Para buscar ayuda, o tomarme un tiempo para recuperarme.
  • Además… – Mi dolor emocional puede ir acompañado de dolor físico.

Asco

Human face expressing disgust
  • ¿De qué me avisa? – De una sustancia o situación potencialmente nociva.
  • ¿Para qué? – Para evitar contaminarme.
  • Además… – La sensación de repugnancia hace que evite aquello que no es bueno para mí.

¿Cuáles de estas notificaciones recibes más a menudo? ¿Y qué sueles hacer cuando las notas? Si te ha parecido interesante este tema, aquí tienes otro artículo que escribí hace tiempo sobre las emociones.

Deja un comentario