Reprograma tu vida, episodio 6: Decide qué apps quieres instalar

(Este artículo es continuación de los de las semanas anteriores, episodios 0123 4 y 5, y en las próximas semanas se irán publicando más episodios)

Una ventaja enorme de los teléfonos móviles es que podemos utilizarlos para infinidad de cosas, siempre que nos instalemos la aplicación correspondiente. Ya suelen venir de fábrica con las aplicaciones básicas instaladas, y para añadir más, basta con hacer una búsqueda en la «app store», encontrar lo que necesitamos y pulsar un botón para instalar, a menudo gratis o por un precio simbólico.

Incluso durante los ratos en que parece estar en reposo, el móvil siempre está «haciendo algo» mientras está encendido. Como mínimo, se mantiene alerta por si le llega una llamada o un mensaje, y luego además puede estar ejecutando aplicaciones «en segundo plano», como por ejemplo para contar tus pasos, registrar tu localización en el mapa, o por supuesto ponerte música de fondo si te apetece.

De manera parecida, nuestra mente también está siempre «haciendo algo», siempre está pensando. Y si no le damos conscientemente algo en lo que pensar, ya se lo busca ella, muchas veces de formas que no nos ayudan en absoluto.

Así pues, ¿qué «apps» nos podríamos «instalar» nosotros en la mente, para que nos ayudaran en lugar de perjudicarnos? Aquí van un par de sugerencias.

Pensamiento positivo y agradecimiento

El cerebro inconscientemente se dedica a buscar más de aquello a lo que le prestamos atención. Así que, si nos centramos en apreciar y agradecer las cosas positivas que ya hay en nuestra vida, el cerebro nos irá encontrando más, y así cada vez percibiremos más cosas que nos gusten, y nos iremos sintiendo cada vez mejor.

Uso sistemático de la negación

Lo mismo también funciona en dirección contraria, es decir, si nos centramos en las cosas negativas, iremos encontrando cada vez más. Pero, ¿y si hubiera un truco para que incluso las cosas que no nos gustan tanto se las pudiéramos presentar al cerebro de una manera más positiva? La programación neurolingüística nos dice que sí lo hay.

Por ejemplo, si un día en concreto yo me encuentro muy cansado, puedo elegir decir «estoy agotado». La palabra «agotado» tiene cierto efecto sobre mi mente, e incluso mi cuerpo, de manera que me siento cansado sólo de pensarlo. Pero si en cambio digo, «no tengo mucha energía», el significado es muy parecido, pero el efecto que tienen en mí las palabras es completamente distinto. Incluso puede ser que sienta un poquitín más de energía al expresarlo así, en lugar de cansarme todavía más, y eso me puede ayudar a sobrellevar el día hasta que finalmente pueda irme a casa y descansar.

Deja un comentario